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25 Mar 2025, Tue

Reina Letizia presiona al rey Felipe para retirar a la princesa Leonor del buque Juan Sebastián Elcano

Princesa Leonor


La princesa Leonor, heredera del trono español, enfrenta importantes desafíos en su formación militar a bordo del buque-escuela Juan Sebastián Elcano, iniciada en enero de este año. Con 19 años, cumple una etapa clave para prepararse como futura comandante de las Fuerzas Armadas de España, siguiendo los pasos de su padre, el rey Felipe VI, y de su abuelo, el rey emérito Juan Carlos. Sin embargo, la joven ha sufrido problemas de salud en alta mar, como náuseas, mareos y una caída que dejó hematomas en su brazo, generando creciente preocupación en el Palacio de Zarzuela. La reina Letizia, madre de Leonor, está angustiada por la situación y habría confrontado al rey Felipe VI, exigiendo medidas para proteger a su hija. La tensión entre la pareja real evidencia un conflicto entre el bienestar de la princesa y la tradición militar de la monarquía española, cuyo entrenamiento está programado para finalizar en junio.

Informes señalan que Leonor no ha logrado adaptarse plenamente a las condiciones del buque tras dos meses de navegación. Los malestares persistentes han afectado su participación en clases prácticas, como maniobras de velas, esenciales para su formación naval. La reina Letizia, conocida por su cercanía con sus hijas, recibe diariamente reportes desde el Elcano, lo que ha intensificado su inquietud.

Ante esto, la monarca habría elevado el tono en conversaciones con el rey Felipe VI, instándolo a autorizar la salida de Leonor del buque. El rey, por su parte, sostiene que interrumpir el entrenamiento podría dañar la imagen de la futura reina, afectando su credibilidad como líder militar al asumir el trono.

Una formación marcada por dificultades

El viaje de Leonor en el Juan Sebastián Elcano comenzó en Cádiz el 11 de enero, con una despedida emotiva de los reyes Felipe VI y Letizia. El buque, un símbolo histórico de la Armada Española que se acerca a sus 100 años de servicio, ha recorrido más de 2 millones de millas náuticas en 97 expediciones. Esta travesía actual, que abarca 17 mil millas náuticas, incluye escalas en países como Brasil, Uruguay, Chile, Perú, Panamá, Colombia, República Dominicana y Estados Unidos, con final en Nueva York. El entrenamiento busca brindar a los cadetes, incluida Leonor, experiencia práctica en navegación, disciplina y diplomacia naval.

Sin embargo, adaptarse a la vida en alta mar ha sido un obstáculo para la princesa. Tras 22 días navegando hasta su primera parada en Salvador, Bahía, ya enfrentaba síntomas como vómitos y mareos, agravados por las condiciones del océano. Una caída en cubierta, que dejó hematomas visibles en su brazo derecho durante su paso por Brasil en febrero, se convirtió en un indicio claro de sus dificultades. Aunque fue atendida por el equipo médico del buque, el desgaste físico y el aislamiento en espacios reducidos siguen poniendo a prueba a la heredera.

La rutina a bordo no ofrece privilegios a Leonor, quien comparte un pequeño camarote con otros cadetes y sigue un estricto horario de clases teóricas y prácticas. Este rigor, parte de la tradición que formó a su padre y abuelo, parece estar cobrando un alto precio a la princesa, alimentando la preocupación materna de Letizia.

El enfrentamiento real y la postura de Felipe VI

La tensión entre los reyes de España ha ganado notoriedad con los ruegos de Letizia para que Felipe VI intervenga en la situación de su hija. La reina, que mostró emoción al despedirse de Leonor en enero, estaría dispuesta a tomar medidas drásticas si el bienestar de la princesa no mejora. Se dice que habría amenazado con organizar personalmente la salida de Leonor del Elcano, desafiando la postura de su esposo.

Felipe VI, en cambio, se mantiene firme. Considera que la formación militar es un pilar fundamental de la monarquía española, esencial para legitimar el rol de Leonor como futura jefa de las Fuerzas Armadas. El rey, quien pasó por un entrenamiento similar en 1987 a bordo del mismo buque, ve la experiencia como una “escuela de vida” que prepara a los monarcas para los retos del trono. Interrumpir el proceso, en su opinión, podría interpretarse como debilidad, dañando la reputación de la princesa.

La infanta Sofía, hermana menor de Leonor, también se habría involucrado, suplicando a su padre que “salve” a su hermana. A pesar de ello, Felipe VI resiste las presiones familiares, priorizando la continuidad de la tradición sobre las demandas emocionales de su esposa e hija menor.

Los retos de Leonor en alta mar

Leonor embarcó en el Juan Sebastián Elcano con la misión de convertirse en oficial de la Armada, pero las adversidades enfrentadas revelan los sacrificios que exige esta etapa. La princesa, que cumplió 19 años en octubre pasado, ya había completado un año de formación en el Ejército, en la Academia General Militar de Zaragoza, antes de iniciar la fase naval. Tras el Elcano, aún deberá cumplir entrenamiento en la Aeronáutica, siguiendo el mismo recorrido de Felipe VI.

Los problemas de salud reportados no son exclusivos de Leonor. Otros cadetes también han enfrentado dificultades similares, como hematomas por incidentes en cubierta, considerados normales en un entrenamiento intenso. Sin embargo, la condición de la princesa, amplificada por su posición como heredera, ha convertido estos episodios en un tema de interés nacional e internacional.

Su paso por Brasil en febrero marcó la primera escala significativa del viaje. En Salvador, Leonor participó en eventos diplomáticos, como un encuentro con la embajadora española Mar Fernández-Palacios, y disfrutó de un momento de ocio viendo un espectáculo en el Pelourinho. No obstante, los hematomas en su brazo atrajeron la atención de la prensa, reforzando las preocupaciones sobre su salud.

Itinerario del viaje y compromisos diplomáticos

La expedición del Juan Sebastián Elcano sigue un cronograma estricto, combinando formación militar con la promoción de las relaciones internacionales de España. Las principales escalas confirmadas son:

  • Salvador, Brasil: 14 al 19 de febrero.
  • Montevideo, Uruguay: 5 al 9 de marzo.
  • Punta Arenas, Chile: 20 al 23 de marzo.
  • Valparaíso, Chile: 4 al 9 de abril.
  • Callao, Perú: 18 al 22 de abril.
  • Nueva York, EE.UU.: llegada el 5 de junio, marcando el fin de la misión de Leonor.

En cada puerto, el buque abre sus puertas para visitas públicas, como ocurrió en Salvador los días 15 y 16 de febrero, y realiza ceremonias oficiales. En Montevideo, Leonor actuó como abanderada en un juramento de bandera para españoles residentes en Uruguay, presidido por la ministra de Defensa, Margarita Robles, con cerca de 50 participantes.

Estas actividades refuerzan el papel del Elcano como embajador naval, una tradición que se remonta a 1927, cuando fue botado en homenaje al explorador español que completó la primera circunnavegación del mundo.

La tradición militar de la monarquía española

La formación militar de los herederos del trono español es una práctica consolidada desde el siglo XIX, instaurada por la reina Isabel II. Juan Carlos I, abuelo de Leonor, sirvió como piloto militar, mientras que Felipe VI pasó por las tres fuerzas armadas: Ejército, Armada y Aeronáutica. Esta preparación asegura que los monarcas comprendan el funcionamiento de las Fuerzas Armadas, de las cuales serán jefes supremos.

Leonor inició este camino en agosto de 2023, en la Academia Militar de Zaragoza, donde aprendió tácticas de combate y liderazgo. La etapa naval, ahora en curso, pone a prueba su resistencia en un entorno exigente, con el buque de 113 metros de eslora funcionando como una escuela flotante para 197 tripulantes, incluidos 75 cadetes. La próxima fase, en la Aeronáutica, está prevista para comenzar tras su regreso a España.

El Juan Sebastián Elcano, con su estructura de bergantín-goleta y velas imponentes, es más que un buque-escuela: es un símbolo de la historia naval española, habiendo visitado más de 70 países en casi un siglo de operación.

Presión familiar en medio del entrenamiento

La insistencia de Letizia en sacar a Leonor del buque refleja una preocupación materna que trasciende los deberes reales. La reina, experiodista y conocida por su carácter firme, ha demostrado públicamente su apego a sus hijas. Durante la partida de Leonor en Cádiz, no pudo contener las lágrimas, una señal clara del impacto emocional de la separación.

Su visita a Brasil en febrero, cuando el Elcano atracó en Salvador, fue un momento de alivio temporal. Madre e hija pasaron el fin de semana juntas, poniéndose al día tras semanas de distancia. Sin embargo, el regreso de Letizia a Madrid, a pedido de Felipe VI, reavivó su determinación de proteger a Leonor de los rigores del viaje.

La infanta Sofía, de 17 años, también intervino en la disputa familiar. Conmovida por los relatos de su hermana, habría pedido a su padre que reconsiderara su postura, pero el rey se mantiene inflexible, priorizando el legado de la monarquía.

El impacto público y la imagen de Leonor

Las dificultades de Leonor en el Elcano no han pasado desapercibidas. La visibilidad de los hematomas en Brasil y los rumores sobre su salud han generado debates sobre los límites de la formación militar para una joven en la línea de sucesión. Mientras algunos elogian su dedicación, otros cuestionan si el entrenamiento no está siendo excesivamente riguroso.

La princesa, que ha asumido compromisos oficiales crecientes en los últimos años, incluyendo una visita a Lisboa en julio de 2024, busca consolidar su imagen como una líder preparada. Interrumpir el entrenamiento, como desea Letizia, podría generar críticas y especulaciones sobre su capacidad de enfrentar adversidades, algo que Felipe VI parece decidido a evitar.

Con el viaje aún en curso, el destino de Leonor en el Juan Sebastián Elcano sigue siendo incierto, mientras la tensión entre los reyes refleja el delicado equilibrio entre el deber real y la protección familiar.



La princesa Leonor, heredera del trono español, enfrenta importantes desafíos en su formación militar a bordo del buque-escuela Juan Sebastián Elcano, iniciada en enero de este año. Con 19 años, cumple una etapa clave para prepararse como futura comandante de las Fuerzas Armadas de España, siguiendo los pasos de su padre, el rey Felipe VI, y de su abuelo, el rey emérito Juan Carlos. Sin embargo, la joven ha sufrido problemas de salud en alta mar, como náuseas, mareos y una caída que dejó hematomas en su brazo, generando creciente preocupación en el Palacio de Zarzuela. La reina Letizia, madre de Leonor, está angustiada por la situación y habría confrontado al rey Felipe VI, exigiendo medidas para proteger a su hija. La tensión entre la pareja real evidencia un conflicto entre el bienestar de la princesa y la tradición militar de la monarquía española, cuyo entrenamiento está programado para finalizar en junio.

Informes señalan que Leonor no ha logrado adaptarse plenamente a las condiciones del buque tras dos meses de navegación. Los malestares persistentes han afectado su participación en clases prácticas, como maniobras de velas, esenciales para su formación naval. La reina Letizia, conocida por su cercanía con sus hijas, recibe diariamente reportes desde el Elcano, lo que ha intensificado su inquietud.

Ante esto, la monarca habría elevado el tono en conversaciones con el rey Felipe VI, instándolo a autorizar la salida de Leonor del buque. El rey, por su parte, sostiene que interrumpir el entrenamiento podría dañar la imagen de la futura reina, afectando su credibilidad como líder militar al asumir el trono.

Una formación marcada por dificultades

El viaje de Leonor en el Juan Sebastián Elcano comenzó en Cádiz el 11 de enero, con una despedida emotiva de los reyes Felipe VI y Letizia. El buque, un símbolo histórico de la Armada Española que se acerca a sus 100 años de servicio, ha recorrido más de 2 millones de millas náuticas en 97 expediciones. Esta travesía actual, que abarca 17 mil millas náuticas, incluye escalas en países como Brasil, Uruguay, Chile, Perú, Panamá, Colombia, República Dominicana y Estados Unidos, con final en Nueva York. El entrenamiento busca brindar a los cadetes, incluida Leonor, experiencia práctica en navegación, disciplina y diplomacia naval.

Sin embargo, adaptarse a la vida en alta mar ha sido un obstáculo para la princesa. Tras 22 días navegando hasta su primera parada en Salvador, Bahía, ya enfrentaba síntomas como vómitos y mareos, agravados por las condiciones del océano. Una caída en cubierta, que dejó hematomas visibles en su brazo derecho durante su paso por Brasil en febrero, se convirtió en un indicio claro de sus dificultades. Aunque fue atendida por el equipo médico del buque, el desgaste físico y el aislamiento en espacios reducidos siguen poniendo a prueba a la heredera.

La rutina a bordo no ofrece privilegios a Leonor, quien comparte un pequeño camarote con otros cadetes y sigue un estricto horario de clases teóricas y prácticas. Este rigor, parte de la tradición que formó a su padre y abuelo, parece estar cobrando un alto precio a la princesa, alimentando la preocupación materna de Letizia.

El enfrentamiento real y la postura de Felipe VI

La tensión entre los reyes de España ha ganado notoriedad con los ruegos de Letizia para que Felipe VI intervenga en la situación de su hija. La reina, que mostró emoción al despedirse de Leonor en enero, estaría dispuesta a tomar medidas drásticas si el bienestar de la princesa no mejora. Se dice que habría amenazado con organizar personalmente la salida de Leonor del Elcano, desafiando la postura de su esposo.

Felipe VI, en cambio, se mantiene firme. Considera que la formación militar es un pilar fundamental de la monarquía española, esencial para legitimar el rol de Leonor como futura jefa de las Fuerzas Armadas. El rey, quien pasó por un entrenamiento similar en 1987 a bordo del mismo buque, ve la experiencia como una “escuela de vida” que prepara a los monarcas para los retos del trono. Interrumpir el proceso, en su opinión, podría interpretarse como debilidad, dañando la reputación de la princesa.

La infanta Sofía, hermana menor de Leonor, también se habría involucrado, suplicando a su padre que “salve” a su hermana. A pesar de ello, Felipe VI resiste las presiones familiares, priorizando la continuidad de la tradición sobre las demandas emocionales de su esposa e hija menor.

Los retos de Leonor en alta mar

Leonor embarcó en el Juan Sebastián Elcano con la misión de convertirse en oficial de la Armada, pero las adversidades enfrentadas revelan los sacrificios que exige esta etapa. La princesa, que cumplió 19 años en octubre pasado, ya había completado un año de formación en el Ejército, en la Academia General Militar de Zaragoza, antes de iniciar la fase naval. Tras el Elcano, aún deberá cumplir entrenamiento en la Aeronáutica, siguiendo el mismo recorrido de Felipe VI.

Los problemas de salud reportados no son exclusivos de Leonor. Otros cadetes también han enfrentado dificultades similares, como hematomas por incidentes en cubierta, considerados normales en un entrenamiento intenso. Sin embargo, la condición de la princesa, amplificada por su posición como heredera, ha convertido estos episodios en un tema de interés nacional e internacional.

Su paso por Brasil en febrero marcó la primera escala significativa del viaje. En Salvador, Leonor participó en eventos diplomáticos, como un encuentro con la embajadora española Mar Fernández-Palacios, y disfrutó de un momento de ocio viendo un espectáculo en el Pelourinho. No obstante, los hematomas en su brazo atrajeron la atención de la prensa, reforzando las preocupaciones sobre su salud.

Itinerario del viaje y compromisos diplomáticos

La expedición del Juan Sebastián Elcano sigue un cronograma estricto, combinando formación militar con la promoción de las relaciones internacionales de España. Las principales escalas confirmadas son:

  • Salvador, Brasil: 14 al 19 de febrero.
  • Montevideo, Uruguay: 5 al 9 de marzo.
  • Punta Arenas, Chile: 20 al 23 de marzo.
  • Valparaíso, Chile: 4 al 9 de abril.
  • Callao, Perú: 18 al 22 de abril.
  • Nueva York, EE.UU.: llegada el 5 de junio, marcando el fin de la misión de Leonor.

En cada puerto, el buque abre sus puertas para visitas públicas, como ocurrió en Salvador los días 15 y 16 de febrero, y realiza ceremonias oficiales. En Montevideo, Leonor actuó como abanderada en un juramento de bandera para españoles residentes en Uruguay, presidido por la ministra de Defensa, Margarita Robles, con cerca de 50 participantes.

Estas actividades refuerzan el papel del Elcano como embajador naval, una tradición que se remonta a 1927, cuando fue botado en homenaje al explorador español que completó la primera circunnavegación del mundo.

La tradición militar de la monarquía española

La formación militar de los herederos del trono español es una práctica consolidada desde el siglo XIX, instaurada por la reina Isabel II. Juan Carlos I, abuelo de Leonor, sirvió como piloto militar, mientras que Felipe VI pasó por las tres fuerzas armadas: Ejército, Armada y Aeronáutica. Esta preparación asegura que los monarcas comprendan el funcionamiento de las Fuerzas Armadas, de las cuales serán jefes supremos.

Leonor inició este camino en agosto de 2023, en la Academia Militar de Zaragoza, donde aprendió tácticas de combate y liderazgo. La etapa naval, ahora en curso, pone a prueba su resistencia en un entorno exigente, con el buque de 113 metros de eslora funcionando como una escuela flotante para 197 tripulantes, incluidos 75 cadetes. La próxima fase, en la Aeronáutica, está prevista para comenzar tras su regreso a España.

El Juan Sebastián Elcano, con su estructura de bergantín-goleta y velas imponentes, es más que un buque-escuela: es un símbolo de la historia naval española, habiendo visitado más de 70 países en casi un siglo de operación.

Presión familiar en medio del entrenamiento

La insistencia de Letizia en sacar a Leonor del buque refleja una preocupación materna que trasciende los deberes reales. La reina, experiodista y conocida por su carácter firme, ha demostrado públicamente su apego a sus hijas. Durante la partida de Leonor en Cádiz, no pudo contener las lágrimas, una señal clara del impacto emocional de la separación.

Su visita a Brasil en febrero, cuando el Elcano atracó en Salvador, fue un momento de alivio temporal. Madre e hija pasaron el fin de semana juntas, poniéndose al día tras semanas de distancia. Sin embargo, el regreso de Letizia a Madrid, a pedido de Felipe VI, reavivó su determinación de proteger a Leonor de los rigores del viaje.

La infanta Sofía, de 17 años, también intervino en la disputa familiar. Conmovida por los relatos de su hermana, habría pedido a su padre que reconsiderara su postura, pero el rey se mantiene inflexible, priorizando el legado de la monarquía.

El impacto público y la imagen de Leonor

Las dificultades de Leonor en el Elcano no han pasado desapercibidas. La visibilidad de los hematomas en Brasil y los rumores sobre su salud han generado debates sobre los límites de la formación militar para una joven en la línea de sucesión. Mientras algunos elogian su dedicación, otros cuestionan si el entrenamiento no está siendo excesivamente riguroso.

La princesa, que ha asumido compromisos oficiales crecientes en los últimos años, incluyendo una visita a Lisboa en julio de 2024, busca consolidar su imagen como una líder preparada. Interrumpir el entrenamiento, como desea Letizia, podría generar críticas y especulaciones sobre su capacidad de enfrentar adversidades, algo que Felipe VI parece decidido a evitar.

Con el viaje aún en curso, el destino de Leonor en el Juan Sebastián Elcano sigue siendo incierto, mientras la tensión entre los reyes refleja el delicado equilibrio entre el deber real y la protección familiar.



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